Un desconocido proyecto minero se viene fraguando desde hace dos años: Sierra Atacama, un yacimiento de cobre centenario ubicado a 70 kilómetros de Antofagasta y que unió al economista Jorge Quiroz Castro y al empresario Víctor Hugo Puchi. En mayo, cuentan conocedores, se podría inaugurar oficialmente la faena, en momentos en los que el precio del metal rojo alcanza su peak: el pasado lunes 7 de marzo llegó a US$ 4,867 la libra.
Se trata de un nuevo negocio de Víctor Hugo Puchi, quien en 2018 vendió su participación en AquaChile a Agrosuper por US$ 285 millones. Luego de esa transacción, se interesó en otras industrias, como el rubro minero. De hecho, el año pasado, en medio de los retiros de fondos de pensiones, Puchi propuso que el Estado vendiera un porcentaje de Codelco a los cotizantes para generar más ingresos.
En septiembre de 2021, además, el empresario vendió su 15% del laboratorio Centrovet al gigante francés Virbac. Por su parte, Jorge Quiroz -quien es ingeniero comercial por la Universidad de Chile y doctor en Economía por la Universidad de Duke- se mantiene como socio principal de su firma de asesoría financiera Quiroz y Asociados.
Desde finales de 2020 los socios se enfocaron en armar el equipo de profesionales que liderarán la nueva etapa de la cuprífera que antes fue conocida como Sierra Miranda: ficharon a Rubén Monardez como gerente general; Patricio González, gerente de operaciones; Leopoldo Bustos, gerente de planificación, y Rudy Canales, gerente de finanzas.
Hoy tienen más de 80 trabajadores y proyectan alcanzar los 200. Además, esperan producir 15 mil toneladas de cobre al año. Están en proceso de armar la página web. Durante 2021 se enfocaron en conseguir maquinaria y contactarse con proveedores.
La historia de esta sierra tiene diversas tramas cruzadas. La última, involucra a un desconocido empresario minero de origen árabe, su importante ascenso en el mercado local y una estrepitosa quiebra.
La caída
La minera Sierra Miranda, hace 14 años, era un ícono del boom del cobre. Su entonces dueño, Mohamed Duk Castro, desarrolló un yacimiento que facturaba más de US$ 100 millones anuales. Él fue, además, el que lideró la ampliación del proyecto, el cual llegó a producir más de 25 toneladas de cobre fino.
El empresario, hijo de Selim Duk, un inmigrante turco, adquirió en 2001 la minera Doña Ana, a la que luego bautizó como Sierra Miranda. Llegó a tener más de 17 mil hectáreas y exportaciones a Europa y Estados Unidos. Se trata de un yacimiento centenario, que tiene registros desde 1910.
A finales de 2011 la minera comenzó a experimentar problemas financieros y tensiones con sus trabajadores, que acusaron incumplimientos de las medidas de seguridad. En enero de 2012 el sindicato de la compañía, en conjunto con la Federación Minera de Chile (FMC), exigieron el cierre de la faena ante el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin). También denunciaron despidos ilegales y el no pago de cotizaciones.
Ese mismo año recibieron decenas de demandas desde sus acreedores -como Copec-, los cuales exigieron su quiebra. En total, la mina acumuló pasivos por $ 31.402.741.599 de 83 acreedores, entre los que estaban Caterpillar, Transportes Nazka y Aguas Antofagasta, según consta en un oficio de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento.
El 12 de abril de 2013 el 14º Juzgado Civil de Santiago declaró la quiebra de la empresa. Cuatro años después, el 6 de diciembre de 2017, la sociedad Bergbau Wagen SpA, representada por Boris Garafulic Litvak -director y fundador de Vision, compañía de asesoría financiera, y piloto profesional de automóviles-, presentó a la Junta de Acreedores de la Quiebra de la empresa una oferta por todos los bienes y activos, incluyendo los permisos ambientales y sectoriales existentes. La operación se concretó semanas después.
Se vende
Con esta operación, Bergbau Wagen SpA pasó a ser el único representante legal del proyecto. Pero tres años después hubo otro cambio: el 3 de enero de 2020 Jorge Quiroz y Felipe Givovich llegaron a la 36º Notaría de Santiago para constituir la sociedad Sierra Atacama SpA, a la que luego se unió Víctor Hugo Puchi.
En diciembre de 2020, según consta en un documento del Servicio de Evaluación Ambiental, Bergbau Wagen SpA le transfirió la “titularidad de las resoluciones de calificación ambiental a Sierra Atacama SpA, quien acepta y adquiere la totalidad de los derechos y obligaciones contenidos en dichas resoluciones”.
Con esto, el proyecto quedó en manos de Sierra Atacama y representado por Jorge Quiroz y Francisco Errazquin Diez. Boris Garafulic salió del proyecto.
Actualmente, según indican documentos del Registro de Comercio, la sociedad Sierra Atacama tiene un capital de US$ 26.082.779, divididos en 4.879 acciones ordinarias. Los accionistas de la entidad son tres: Inversiones VHP Limitada (ligada a Víctor Hugo Puchi), Macro Capital Partners S.A. (representada por Jorge Quiroz Castro y Felipe Givovich) y Jorge Quiroz Castro.
Puesta en marcha
Ya comenzaron los trabajos. En agosto de 2021 Sierra Atacama firmó un contrato con Engie para conseguir suministro de gas natural para abastecer a dos plantas de regasificación (PSR) instaladas en las faenas de la minera. La idea, ha trascendido, es desarrollar procesos productivos y térmicos con una menor huella de carbono.
En 2020, también, comenzaron el proceso de lobby. En octubre de ese año el gerente general (Rubén Monardez) sostuvo una reunión con Iván Cheuquelaf, exsubsecretario de Minería.
En febrero y mayo de 2021 representantes de la empresa se reunieron con Hernán Brücher, director ejecutivo del Servicio De Evaluación Ambiental para concretar vías para reducir la huella de carbono del yacimiento. El pasado enero Rudy Canales y Monardez también sostuvieron una reunión protocolar con David Montenegro, subdirector del Sernageomin.
Para este reportaje DF MAS se comunicó con socios del proyecto, pero no obtuvo respuesta.
Fuente: Diario Financiero