Ley Uber en Chile: ¿Qué vehículos y conductores quedarán fuera del servicio?

La Ley de Empresas de Aplicaciones de Transporte (EAT), comúnmente conocida como la Ley Uber, está en proceso de implementación en Chile, buscando establecer normativas más estrictas para las operaciones de aplicaciones de transporte como Cabify, Di-Di, y Uber. Esta legislación, aún a la espera de la aprobación final por parte de Contraloría, pretende imponer mayores exigencias tanto a las plataformas como a los conductores.

Cambios relevantes en la Ley Uber

1. Restricciones a vehículos:

Según la regulación actual, los siguientes vehículos no podrán operar bajo la Ley Uber:

  • Suzuki New Swift 1.2.
  • Suzuki Alto K10 1.0.
  • Suzuki Alto S-Presso.
  • Kia Morning 1.0.
  • Hyundai Eon 0.8.
  • Hyundai Grand I10 1.2.
  • Chevrolet Spark.
  • Mitsubishi Mirage 1.2 GLX.
  • Peugeot 208 1.2.
  • Chery Iq 1.0 GLS.

2. Cambios en criterios de elegibilidad:

  • Cilindrada del vehículo: Se permite una cilindrada de 1.4 litros o su equivalente, en lugar de la exigencia anterior de 1.4 litros.
  • Antigüedad de la primera inscripción: Cambió de «Nuevo» a «1 año».
  • Antigüedad máxima en etapa de poblamiento: Pasó de «7 años» a «10 años máximo».
  • Congelamiento solo de «conductores» y no de «conductores y vehículos».

Desafíos para conductores y vehículos

La aplicación de estos cambios podría tener un impacto significativo en los conductores y vehículos asociados a las plataformas de transporte. Se estima que alrededor de 40,000 conductores podrían verse afectados, ya que no cumplirían con todos los requisitos de la nueva normativa.

Opiniones y reacciones:

  • Economista David Bravo: Pronostica que aproximadamente 40,000 personas se verán afectadas durante los primeros meses de la implementación de la Ley Uber.
  • Presidenta de Alianza IN, Marcela Sabat: Señala que, como gremio, están de acuerdo con la normativa, pero solicitan tiempo para evitar la desconexión de los conductores y la pérdida de empleo.

La aprobación final de la ley y la forma en que se gestionen estos desafíos será crucial para la adaptación y continuidad de los servicios de transporte en Chile.

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