A diferencia de la abrumadora mayoría de opiniones en distintos sectores productivos de Chile, en SQM defienden el proceso de tramitación ambiental de los proyectos de inversión o la denominada «permisología», que hace un buen tiempo es calificada como uno de los mayores dolores de cabeza para el sector privado. Pero, al parecer, no para el nuevo socio de Codelco.
«En general, la permisología es lenta, porque así tiene que ser», señaló ayer -según recogió El Mercurio- el gerente general de SQM, Ricardo Ramos.
«¿Puede ser menos lenta? Sí, pero no esperamos un proceso de permisología de seis meses. Proyectos como el que vamos a hacer nosotros en el futuro, realistamente va a ser un proyecto que el estudio ambiental será gigantesco en cuanto a la cantidad de información que va a tener», agregó. Ramos habló en un seminario organizado por Clapes UC y se refirió al proyecto Salar Futuro, una iniciativa que corresponde al resultado de la asociación con Codelco para explotar en conjunto el salar de Atacama a partir de 2030.
Salar Futuro iniciará su tramitación ambiental en 2026. Con ella buscan incorporar tecnologías para reducir la extracción de salmuera, además de mejoras en rendimientos y uso de agua de mar, entre otras cosas. La inversión estimada es de unos US$1.500 millones.
Ramos, durante dicho seminario, también comparó la situación con lo que sucede en Australia, donde tienen un proyecto en operación y otro en desarrollo. En ese país, «el estudio de impacto ambiental es particularmente complejo también, muy similares a los nuestros. Eso sí, están más institucionalizados, son más técnicos».
Incluso el gerente general de la minera expuso que «tener una estructura de evaluación ambiental como la que hay aquí en Chile es positivo. Es bien mirada por los inversionistas extranjeros, es bien mirada por los clientes. Toda nuestra cadena de distribución es un activo que tenemos».
Ramos aseguró que hay restricciones naturales para el desarrollo minero en países desarrollados, con las que, a su juicio, se debe aprender a vivir. Ejemplificó que los relacionamientos con las comunidades indígenas son necesarios y «no se pueden hacer en 15 minutos».
Por último, sobre la situación de la industria del litio, señaló que la demanda por el mineral a 2030 podría triplicarse y superar las 3 millones de toneladas. Aunque lo estima como escenario conservador, sostuvo que como habrá cada vez más proyectos en el mundo, la clave para liderar la industria será contar con iniciativas que sean «competitivas» y con «bajos costos» de producción.