Chile, el mayor productor de cobre del mundo, enfrenta un urgente desafío, especialmente en las regiones mineras del norte, como Antofagasta y Atacama. El déficit hídrico creciente por los efectos del cambio climático, ha llevado a la gran minería del cobre a invertir en soluciones innovadoras como el uso de agua de mar, desalada o salina, y el reúso de aguas residuales, para asegurar un suministro constante de agua.
La desalación de agua de mar en la minería chilena
Actualmente, el 85% de la capacidad instalada de desalación industrial de agua de mar abastece a la gran minería del cobre, tecnología de adaptación que le ha entregado seguridad hídrica a la industria, reduciendo su consumo de fuentes continentales. Según la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), el uso de agua de mar en la minería alcanzó el 25% en 2022 y se espera que llegue al 71% para 2033. Esta transición hídrica ha permitido que operaciones como las de Minera Escondida de BHP, inaugurada en 2018, se abastezca totalmente de agua de mar desalada con la planta más grande del continente.
La experiencia en la minería chilena
En Sudamérica, Minera Michilla, ex Minera Lince, de Antofagasta Minerals, fue la primera en construir una planta desaladora de tamaño industrial el año 1993. Posteriormente, Aguas Antofagasta comenzó a operar la planta La Chimba en 2003. Luego, Minera Centinela, de Antofagasta Minerals, también fue pionera en el uso de agua de mar para sus procesos productivos en 2011. Desde entonces, varias empresas mineras han seguido su ejemplo, como Aguas CAP, ubicada cerca de Caldera, que abastece tanto a operaciones mineras como a comunidades locales para consumo humano y riego agrícola.
«La gran minería lidera la inversión e innovación en eficiencia hídrica, reutilizando ya el 73% del agua requerida para sus operaciones y abasteciéndose con agua de mar, desalada y salina, beneficiando con ello, directa e indirectamente, a las ecosistemas hídricos y a las comunidades de los territorios en que se disponibilizan esas fuentes continentales», asegura Rafael Palacios, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Chilena de Desalación y Reúso, gremio que reúne a más de 80 socios relacionados con la producción de fuentes no convencionales de agua, entre los que se cuentan a BHP, SQM y Aguas CAP, las que trabajan para alcanzar la seguridad hídrica de nuestro país.
Experiencia internacional
Chile no está solo en la adopción de la desalación de agua de mar para la industria minera. En otros países como Australia, la tecnología también está siendo implementada, aunque a menor escala. Allí, la planta de desalación Southern Seawater Desalination Plant en Perth abastece tanto a la minería como al consumo humano. En Israel, líder en desalación, el agua de mar es utilizada no solo para fines industriales, sino también para el riego agrícola. En el caso de Perú, también se ha comenzado a explorar la desalación de agua de mar como alternativa ante la escasez de fuentes continental, aunque con menos avances que en Chile.