La demanda de carbón se mantendrá estable a nivel mundial hasta 2025

Según la Agencia Internacional de la Energía, la demanda mundial de carbón se mantendrá estable en los próximos años. A pesar de la rápida expansión de la energía solar y eólica, el aumento de la demanda de electricidad en las principales economías compensa esta tendencia. En 2023, el uso mundial de carbón alcanzó un máximo histórico debido al crecimiento en China e India, impulsado por la necesidad de llenar el vacío causado por la baja producción hidroeléctrica y el aumento en la demanda de electricidad. Sin embargo, la demanda de carbón se prevé que disminuya en la Unión Europea y Estados Unidos debido al aumento en la generación de electricidad a partir de gas natural.

La demanda mundial de carbón se mantendrá estable hasta 2025

La Agencia Internacional de la Energía ha indicado que, de acuerdo a los análisis realizados, es probable que la demanda mundial de carbón se mantenga prácticamente estable hasta el año 2025. Esto se debe al rápido despliegue de energías renovables como la solar y la eólica, así como a la recuperación de la energía hidroeléctrica en China. Sin embargo, el principal impulsor de la demanda de carbón a nivel mundial continúa siendo el sector eléctrico, el cual está experimentando un crecimiento significativo en diversas economías importantes.

El crecimiento de la energía solar y eólica ralentiza el uso de carbón

A pesar de que el uso de carbón se ha visto ralentizado en China debido al despliegue continuo de la energía solar y eólica, se estima que la demanda de electricidad aumentará un 6,5% este año en dicho país, lo que hace poco probable una disminución en el consumo de carbón. En la India, el crecimiento de la demanda de carbón se espera que se desacelere en la segunda mitad de 2024 a medida que mejore la producción hidroeléctrica. Por otro lado, en la Unión Europea se espera una disminución en la generación de electricidad a partir del carbón en la misma proporción que en 2023, mientras que en Estados Unidos existe la amenaza de que la mayor demanda de electricidad y el menor cambio del carbón al gas natural frenen la tendencia en 2024, según el informe de la Agencia Internacional de la Energía.

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