Dos días estuvo Kadri Simson en Chile. Una visita breve, pero con un foco especialmente relevante para la comisaria de energía de la Unión Europea (UE): potenciar la cooperación con Chile en especial en el desarrollo del hidrógeno verde. El bloque europeo tiene un desafío que cumplir y los plazos se acortan. Para 2030 esperan elevar su meta de hidrógeno verde de 5,6 millones de toneladas a 20,6 millones. Y en eso, Chile puede desempeñar un papel clave.
“La cooperación energética entre la UE y Chile tiene una base sólida, reforzada a través del Acuerdo Marco Avanzado y queremos mantener esta fuerte conexión a través de la agenda de inversión Global Gateway, donde el hidrógeno es un área prioritaria”, apuntó Simson, tras reunirse con el ministro de Energía, Diego Pardow, y el titular de Corfo, José Miguel Benavente, y participar en un panel de discusión el lunes pasado en la Cepal, sobre transición energética.
Uno de los motivos de su visita fue precisamente analizar el estado de la relación con Chile en el ámbito energético. ¿En qué etapa está esa relación?
-Tenemos una cooperación muy estable, especialmente en el sector energético. Mi visita tiene lugar en el contexto de los avances del Acuerdo Marco Avanzado que firmamos el año pasado y esperamos que Chile pueda ratificarlo pronto. En este acuerdo se le dedica una parte importante a la energía. Vemos a Chile como un socio afín, comprometido con sus políticas para alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. También tenemos varias compañías que quieren invertir en el sector energético y que ya lo han hecho, y que también están deseosas de compartir su experiencia.
La UE tiene como objetivo aumentar su meta de hidrógeno verde en forma importante para 2030. ¿Es posible cumplir esa meta y cuánto esperan obtener de Chile?
-En la Unión Europea hemos avanzado en la legislación relacionada con la energía debido a varias circunstancias. Primero, anunciamos que seríamos la primera región a nivel global que logrará la neutralidad de carbono y nuestro acuerdo verde establece metas ambiciosas para 2030. A eso se suma que nuestra transición verde tuvo que acelerarse porque Rusia comenzó una guerra injustificada contra nuestro vecino y futuro miembro, Ucrania, lo que creó una severa crisis energética. Europa lo sufrió de primera mano, pero las implicancias se pueden ver globalmente. Decidimos entonces que nuestra respuesta debía ser una transición verde y tuvimos que reemplazar el gas natural proveniente de Rusia con alternativas. Aumentamos la producción solar y eólica para la generación de energía y en nuestras industrias decidimos reemplazar los combustibles fósiles con hidrógeno verde. Esta es también la razón de por qué anunciamos nuestros objetivos para 2030. Por nuestra parte hicimos posible que tanto los productores europeos como los productores internacionales pudieran comenzar su producción basados en el anuncio claro de nuestra demanda y también basados en las regulaciones que adoptamos sobre qué consideramos que debe ser el hidrógeno verde. Las normas son las mismas para los productores chilenos o europeos. También establecimos un banco de hidrógeno europeo, que en una primera etapa cubrirá el green premium (el costo adicional por el uso de energía limpia), porque en esta década el hidrógeno verde será más costoso que el gas natural, pero como eso nos permite diversificarnos y dejar de depender de combustibles fósiles para alcanzar nuestras metas climáticas, estamos dispuestos a cubrir este green premium que proviene de fondos que recolectamos de la venta de derechos de emisión de nuestras industrias.
¿Hay confianza en los inversionistas europeos para aumentar la inversión en Chile en el sector de las energías renovables y del hidrógeno verde?
-Los inversionistas europeos ya están aquí en Chile, están invirtiendo en el sector de las energías renovables y cubren la demanda doméstica en Chile. Esto beneficia también a hogares e industrias en Chile, porque no tienen que pagar por importar combustibles fósiles si pueden cubrir parcialmente la demanda con energías renovables. Además de eso, tanto en Europa como aquí en Chile los productores de energías renovables ven que hay horas en que el consumo de energía no es tan alto como lo que ellos producen, y el hidrógeno les permita manejar sus instalaciones 24/7 y hace que inversiones adicionales tengan más sentido y sean más rentables. El hidrógeno será muy luego un commodity en el comercio internacional, pero para eso necesitamos también inversión en infraestructura. Usted puede producir hidrógeno verde aquí, pero a menos que nuestros puertos sean capaces de recibirlo, no hay cómo aprovecharlo. Se puede aumentar aquí la producción, pero Europa no está todavía lista para recibirla.
“El hidrógeno será muy luego un commodity en el comercio internacional, pero para eso necesitamos también inversión en infraestructura”.Kadri Simson, comisaria de energía de la UE.
La UE ha mostrado especial atención en el hidrógeno verde. ¿Hay interés también en potenciar la inversión en litio?
-La UE tiene gran interés de asegurar todos los minerales críticos necesarios para la transición verde con nuestros socios y esa es también una de las razones de por qué en julio pasado realizamos una cumbre de inversionistas en Bruselas, un evento que fue también una ocasión para que mis colegas se pudieran reunir con sus contrapartes chilenas. Creemos que la transición verde sólo será exitosa si aseguramos suministros estables de minerales críticos y en esto Chile nos puede ayudar. Esto fue parte de nuestro acuerdo marco avanzado de comercio.
La elección del Parlamento Europeo mostró un avance de fuerzas nacionalistas y de derecha más dura. ¿Cree que esto puede afectar a futuro los compromisos asumidos por la UE en su proceso de transición energética hacia energías limpias?
-En el próximo Parlamento vamos a tener diferentes grupos políticos, pero creo que lo positivo del resultado de las elecciones fue que los partidos proeuropeos de la gran coalición que apoyó el primer gabinete de Ursula von der Leyen continuará. Tiene la mayoría y sólo la semana pasada los 27 jefes de gobierno de los países de la UE apoyaron y respaldaron a Ursula von der Leyen para que tenga un segundo periodo y junto con eso acordaron sus prioridades. En 2019, cuando la presidenta Von der Leyen comenzó su primer mandato, presentó al Parlamento sus prioridades y una de esas fue el acuerdo verde, una política que nos permite descarbonizar nuestra economía de aquí al 2050. En estos primeros cinco años hemos asegurado que cortaremos nuestras emisiones de gases de efecto invernadero al menos en 55% para 2030 y ahora estamos diseñando la etapa siguiente, que nos permitirá cortar nuestras emisiones de gases de efecto invernadero en 90% para 2040, porque basados en nuestra evaluación de impacto para lograr la neutralidad climática es necesario que las reducciones se den lo más cerca posible del momento actual y eso significa que en los próximos años no sólo descarbonizaremos nuestra producción de energía, sino también enfrentaremos los desafíos en el sector del transporte y en las industrias. Tendremos una votación muy importante el 18 de julio en el Parlamento para que Ursula von der Leyen asegure una mayoría para un segundo período, pero basado en los resultados electorales podemos decir que nuestros votantes dieron el mandato para que esta gran alianza de los partidos conservadores, los socialistas y los liberales continúe.
Planta de gas, Berlín, Alemania. AP
Usted habló de los precios de la energía, el mayor valor de las energías limpias y el efecto del corte de los suministros desde Rusia. ¿Cómo ha manejado ese tema la Unión Europea?
-En 2022, cuando Rusia comenzó esta guerra injustificada contra Ucrania, en forma paralela comenzó a manipular nuestro mercado de la energía. Nosotros estábamos en una posición muy vulnerable, porque éramos muy dependientes de las importaciones de Rusia. Ellos tenían una posición dominante en nuestro mercado del gas natural y eso gatilló precios extremadamente altos para los consumidores europeos. ¿Cómo lo manejamos? Bueno, primero, cuando perdimos los suministros de gas rusos debido a su decisión unilateral nos pusimos en contacto con nuestros socios para diversificar las fuentes, después cortamos nuestro consumo de gas, que fue posible cambiando el gas hacia fuentes alternativas y fuimos muy exitosos. En el informe 2022/2023 se señala que las nuevas instalaciones eólicas y solares nos permitieron cortar el consumo de gas en un 18%. Y tercero, no era posible dejar a nuestros consumidores más vulnerables sin apoyo, entonces decidimos apoyar a nuestros consumidores. Eso significó que ningún hogar quedó sin electricidad, nos aseguramos que todas las casas tuvieran electricidad mientras estuvieran en dificultades de pagar sus cuentas. Esta primavera pudimos declarar que la emergencia había terminado, porque nuestras reservas de gas están llenas, aseguramos suministros necesarios para nuestras industrias y hogares, y los precios bajaron a los niveles previos a la guerra. Esto fue posible debido a estos tres factores, cortar nuestras propias demandas, obtener suministros adicionales de nuestros socios y priorizar las energías renovables.
Usted es de Estonia, ¿teme que Rusia pueda atacar a otros países, como las repúblicas bálticas? El presidente Macron dijo hace algún tiempo que Europa enfrenta una amenaza existencial. ¿Está de acuerdo?
-Cuando el presidente Macron dio su discurso no pensaba que Rusia podía hacernos daño, pero si seguimos con políticas que creen nuevas dependencias, entonces eso sí puede impactarnos. La lección aprendida de este escenario de crisis creado artificialmente por Rusia es que nunca más tienes que ser dependiente de un solo suministrador. Para nosotros es también importante enviar un mensaje, si tenemos este tipo de regímenes que no respetan la ley internacional e inician una guerra a gran escala contra un vecino pacífico, el mundo democrático debe responder, porque si no otros agresores, otros regímenes, pueden tener ideas similares contra sus vecinos. Sentimos que era nuestra obligación como Unión Europea responder con las herramientas disponibles. Por eso, desde marzo de 2022 hemos lanzado 14 paquetes de sanciones contra Rusia y su economía, para restringir su acceso a financiamiento adicional que puedan usar para financiar su maquinaria de guerra y sólo el mes pasado nuestros 27 estados miembros acordaron unánimemente un nuevo paquete de sanciones. Antes de eso ya habíamos aplicado sanciones a los productos provenientes del sector petrolero y del refinamiento de petróleo. Entre los primeros commodities afectados por sanciones estuvo el carbón y otros commodities energéticos. El objetivo es restringir el acceso de Rusia a ingresos provenientes de ese sector.Reuters
¿Y cree que la UE ha hecho lo suficiente o debe hacer más frente a Rusia?
-Estamos priorizando nuestro apoyo a Ucrania. Rusia ha destruido el sistema energético de Ucrania, ha atacado la infraestructura energética, ha atacado las instalaciones de energía, ha ocupado plantas nucleares y con ello ha destruido la capacidad de generación de energía en el país. Por eso Europa está apoyando a Ucrania, para que sus habitantes puedan sobrevivir. Estamos cortando paso a paso los ingresos de Rusia, lo que no es fácil porque para cada paquete de sanciones necesitamos unanimidad, los 27 países deben estar de acuerdo y muchos de nuestros países del interior son muy dependientes de los suministros rusos por la infraestructura heredada que fue construida en los 70 o en los 80. Ha estado en pie por 50 años y ahora en poco tiempo estos países tienen que encontrar suministros alternativos y construir infraestructura nueva que bajo circunstancias normales toma décadas, pero ahora deben hacerlo en meses.