Estudio propone que minería submarina puede ser económicamente viable

El estudio menciona que los commodities con mayor abundancia de recursos serían el cobalto, manganeso y níquel, mientras que el cobre presentaría una menor abundancia.

El estudio “Perspectiva Minería Submarina”, realizado por GEM Mining Consulting, señala que la minería submarina es una práctica económicamente viable, ya que los precios a largo plazo de algunos de los minerales que se encuentran bajo el mar (cobalto, níquel y manganeso) superarían los de incentivo para su desarrollo. 

En el estudio también se indica que “la minería submarina de Nódulos Polimetálicos tiene un gran atractivo al comparar el potencial de los recursos del medio marino con respecto a las reservas terrestres actuales”. 

“En particular, los commodities con mayor abundancia de recursos serían el cobalto, manganeso y níquel, mientras que el cobre presentaría una menor abundancia como subproducto de la extracción de los otros minerales”, se sostiene. 

En los resultados del informe se destaca que “existe una notable discrepancia entre los precios a largo plazo y los precios de incentivo requeridos para que la explotación de reservas sea atractiva bajo las condiciones de mercado actuales”. Por ende, como los precios a largo plazo superarían los precios de incentivo, se convertiría en «una razón más para entender el por qué la minería submarina es económicamente viable al operar en zonas a más de 4.000 metros de profundidad”.

Fuente: GEM

Impacto en el ecosistema marino

El estudio enfatiza que los impactos medioambientales indirectos deben seguir siendo estudiados y se deben establecer bases para el desarrollo de la minería submarina orientada al futuro, con intención de desarrollar prácticas más sostenibles y responsables que minimicen los impactos ambientales y sociales. 

«Aunque el impacto directo puede no ser significativo, existe la posibilidad de un impacto relevante en el ecosistema marino de manera indirecta«, sostiene el informe. 

De acuerdo con el documento, algunos de estos impactos se pueden manifestar por medio de “la liberación de reservas de carbono, la disminución de la actividad microbiana, la dispersión de metales traza, la alteración del ciclo del nitrógeno y la pérdida de biodiversidad”.

No obstante, se asegura que “su huella ambiental en las profundidades del mar estaría relativamente controlada y es definitivamente menor que la huella de la minería continental”. 

Al comparar estos hallazgos con la minería terrestre, se evidencia la posibilidad de una disminución de hasta un 59% en las emisiones de carbono anuales a la atmósfera, así como una reducción de la nube de polvo o sedimentos en 2.000 veces, al encontrarse a varios kilómetros bajo el nivel del mar, lo que ayudaría a mitigar los problemas causados en el ambiente y directamente en la calidad de la mayor parte de la biosfera. 

Para más información sobre el estudio y sus recomendaciones, se puede acceder al informe completo aquí

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