Electrólisis cerámica: una solución sostenible para producir combustibles ecológicos.

Un equipo de investigadores de la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU) ha desarrollado un nuevo tipo de células de electrólisis cerámicas con electrodos de combustible de ceria dopada con níquel y gadolinio (Ni-GDC) para convertir la electricidad renovable en combustibles sostenibles como hidrógeno, metanol y amoníaco. Este enfoque más asequible y sostenible permitiría producir combustibles ecológicos y reducir las limitaciones de las fuentes renovables.

Una electrólisis asequible y sostenible permite producir combustibles ecológicos

Según la investigación realizada por los científicos de la DTU, los electrodos de combustible Ni-GDC demostraron mantener su rendimiento incluso después de 1.000 horas de pruebas, con una ligera degradación bajo altos consumos de corriente. Esta nueva tecnología ofrece la posibilidad de prolongar la vida útil de las células de electrólisis, lo que resulta en un ahorro de materiales y una reducción de hasta un cinco por ciento en el precio del hidrógeno verde.

Impulsar el transporte y la industria sostenibles

La producción a gran escala de células de electrólisis cerámicas para fabricar combustibles sostenibles tendrá lugar en la fábrica de Topsoe en Herning, Dinamarca. Este avance tecnológico es fundamental en el contexto de los objetivos de balance neto cero y la reducción de emisiones de dióxido de carbono. El aumento de la vida útil de las células y el mantenimiento de su rendimiento pueden generar importantes ahorros en el consumo de materiales y los costes de producción, lo que contribuiría a hacer viables económicamente las soluciones energéticas sostenibles.

Resultados prometedores para células de electrólisis eficientes y duraderas

La estabilidad y eficiencia de los electrodos de combustible Ni-GDC en las células de electrólisis cerámicas representan una mejora significativa en comparación con las células convencionales. A pesar de algunos desafíos técnicos, los resultados indican un camino positivo y escalable para la fabricación de células de electrólisis eficientes y duraderas. Los científicos confían en que su uso a nivel internacional se mantenga durante al menos diez años en las centrales de conversión de energía.

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