La central hidroeléctrica, que acaba de iniciar sus operaciones, exige que la minera del grupo Luksic respete un acuerdo de compra de energía que su exaccionista pretende terminar anticipadamente. El contrato con Los Pelambres los vincula hasta 2040 y aporta casi la mitad de los ingresos anuales que estima la filial de AES Andes. El precio al que se pactó en 2013 es mucho más alto que el valor estimado de largo plazo. Por eso Alto Maipo lo quiere preservar. Y Los Pelambres, deshacer.
Alto Maipo es el mayor complejo hidroeléctrico de la zona central, su construcción tardó años y sus unidades comenzaron a inyectar energía al sistema en marzo y abril. Pero arrastra una historia de dificultades: su largo desarrollo, tras obtener los permisos ambientales en 2009; un espiral de costo al alza; el cambio de socios, en 2017; y una reorganización en Estados Unidos por sus abultadas deudas a la que su dueño final, AES Andes, sometió a la empresa. Ahora sumó otra controversia de negocios.
Recientemente, la sociedad Alto Maipo activó un arbitraje contra su principal cliente, y exsocio, la minera Los Pelambres, en el Centro de Arbitraje y Mediación (CAM)de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), según confirmó Pulso.
La relación de Alto Maipo y Los Pelambres es de larga data. En el desarrollo del proyecto, la minera del grupo Lukic, controlada por Antofagasta Minerals, era accionista de la hidroeléctrica con el 40%. El restante 60% lo poseía AES Gener, hoy AES Andes.
En 2017, sin embargo, tras retrasos y alzas en el costo de construcción, Los Pelambres decidió salirse y vender su 40%. Pero preservó un contrato de largo plazo que vincula a las dos empresas y que obliga a Alto Maipo a abastecer con energía al yacimiento ubicado en la Región de Coquimbo hasta 2040. Y a Los Pelambres a pagar por ello. Pero mientras la minera quiere terminar con ese contrato, Alto Maipo pretende hacerlo cumplir.
Parte de los contenidos de ese contrato fueron revelados en el proceso de Chapter 11 al que se sometió Alto Maipo en Estados Unidos. En la discusión judicial en Delaware intervino también Los Pelambres, la que pidió poner término anticipado al contrato de abastecimiento, aludiendo a la existencia de un “evento de insolvencia” de Alto Maipo. Su petición no fue acogida. En el Chapter 11, Alto Maipo renegoció los plazos de sus abultadas deudas y concedió más poder a sus acreedores.
Inicialmente, el proyecto consideraba inversiones por cerca de US$ 2.000 millones, pero la cifra se disparó sobre los US$ 3.500 millones. La empresa es controlada en un 100% por AES Andes, pero desconsolidó de sus balances a la hidroeléctrica y le asignó un valor de cero peso. Es que la proyección de ingresos apunta a que todo lo que genere irá a pagar las deudas con sus acreedores. “La administración determinó que el poder sobre las decisiones que impactan de manera más significativa el desempeño económico de Alto Maipo se comparte entre los prestamistas y los accionistas, por lo tanto, AES Andes no controla a Alto Maipo”, explicó la empresa en sus estados financieros a junio de 2022.
Según reveló en Estados Unidos, el contrato de compra de energía de Alto Maipo y Los Pelambres finaliza el 30 de junio de 2040: es decir, vincula a ambas partes por los próximos 18 años. En Delaware, Alto Maipo calificó al contrato con Los Pelambres como su principal activo y estimó que lo que pagará la minera por la compra de energía equivaldrá al 46% de los ingresos anuales promedios estimados hasta 2040.
Los hasta ahora desconocidos detalles del contrato son los siguientes: ambas empresas firmaron en 2013 un convenio de largo plazo a un precio cercano a los US$ 75 por megawatt hora. Pero el monto sería reajustado según la inflación de Estados Unidos, por lo que el valor ya supera los US$ 95. Con ello, el valor presente de los flujos futuros fueron estimados por Alto Maipo y sus acreedores en cerca de US$ 1.000 millones.
Pero el valor de largo plazo de la electricidad es ahora la mitad, estiman expertos. Las recientes licitaciones de suministro fijaron valores levemente superiores a los US$ 40 por MWh. Por eso Los Pelambres quiere terminarlo. Y Alto Maipo mantenerlo. Especialistas calculan que si el contrato terminara por anticipado, Alto Maipo perdería cerca de US$ 500 millones en el largo plazo.
Según los pronósticos entregados en EE.UU., la empresa esperaba ventas para 2022 por US$ 74 millones, monto que subiría a US$ 127 millones en 2023, cuando esté un año completo en operaciones. El Ebitda promedio de los próximos cinco años supera los US$ 80 millones por ejercicio. Ingresos que irán al servicio de su deuda y que provendrán en parte importante de la caja de Los Pelambres si la minera no consigue desarmar el pacto.
En febrero, Los Pelambres ya pidió el término del contrato aludiendo a un “evento de insolvencia” de Alto Maipo al acogerse al Chapter 11. La compañía argumentó que Alto Maipo había actuado de mala fe, recurriendo a ese mecanismo para privarla de sus derechos. Y aunque no tuvo éxito, Alto Maipo teme que su cliente principal intente perseverar en su intento de deshacerse de ese convenio a largo plazo en tribunales chilenos. Y por ello se adelantó con una demanda arbitral para forzar al grupo Luksic a cumplir el plazo pactado hasta 2040.
Alto Maipo -hoy controlada en un 100% por AES Andes- concluyó el proceso de reorganización el 26 de mayo. El fin de ese proceso coincidió con otra buena noticia. Por fin, y tras muchos años de espera, Alto Maipo comenzó a generar electricidad. El 26 de marzo, a partir de las cero horas, el Coordinador Eléctrico Nacional autorizó la entrada en operación de la central Las Lajas y la unidad 2 de la central Alfalfal 2. Dos semanas después, el 14 de abril, autorizó la entrada en operación de la unidad 1 de la Central Alfalfal 2, totalizando con ello 531 MW de potencia del complejo hidroeléctrico de pasada.
A ello se suma una coyuntura inesperada para Alto Maipo: tras más de una década de sequía, las lluvias y nieve caídas de estos últimos meses han mejorado la posición de la empresa, aumentando su generación de electricidad y la opción de vender más de la mitad de su producción en el mercado spot.
Fuente: La tercera