Sunrise Dam es una mina de oro situada a unos 55 kilómetros al sur de Laverton, en Australia, que desde 2014 se dedica básicamente a la extracción subterránea. No es ni de lejos el mayor yacimiento del mundo, ni siquiera el de Oceanía, y está situado en una región remota, pero desde hace unas semanas la minería mundial lo mira con un interés especial. Y es normal. Allí se está probando el impresionante TH665B, un enorme camión eléctrico con batería diseñado para las labores de extracción en yacimientos subterráneos. Tan grande es y tal capacidad tiene que su creadora, la compañía Sandvik, lo reivindica como el mayor del mundo.
Ahora deberá demostrar de qué es capaz.
¿Cómo es el TH665B? Grande. Y «verde». Así lo presentan al menos sus responsables, que inciden en esa doble idea: la considerable capacidad de carga y el enfoque sostenible del Sandvik TH665B. El camión mide 11,6 m de largo, 3,5 de ancho y 3,6 de alto y tiene una capacidad de carga útil de 65 toneladas métricas.
Al margen de cuánto puede transporte, probablemente lo más interesante de su ficha técnica son las «entrañas» del vehículo. El TH665B incorpora una batería de litio-ferrofosfato y su línea motriz eléctrica ofrece 630 kW (858 hp), características con los que aspira a facilitar al sector su distanciamiento de los vehículos diésel, un objetivo que ya le ha llevado a tantear otras opciones, como el hidrógeno.
¿Por qué es importante? Sus creadores aseguran que es el camión eléctrico de baterías para minearía subterránea más grande del mundo. Semejante título lo hace interesante ya de por sí, pero si a algo aspira el TH665B no es a colarse en las páginas del World Guinness Records, sino a ofrecer a las compañías mineras una alternativa de carga sostenible y que les ayude a reducir su huella de carbono. Eso y, de paso, mejorar las condiciones de trabajo en los propios yacimientos.
«Además de producir cero emisiones de diésel bajo tierra y generar un 80% menos de calor, se esperar que TH665B sea hasta un 25% más rápido en una rampa de 1:7 que los camiones diésel normales», defiende la firma. Para Darren Kwok, directivo de Barminco, esas características convierten al camión en un aliado especialmente interesante en yacimientos subterráneos como Sunrise Dam: «Los vehículos eléctricos de batería no solo tienen el potencial de reducir emisiones de CO2, sino que pueden mejorar el entorno para los trabajadores e impulsar la eficiencia».
¿Mejorar las condiciones en la mina? Efectivamente. Esa es otra de las ideas que subraya Sandvik, que asegura que además de contribuir a la sostenibilidad de las explotaciones su camión puede facilitar la operativa en los yacimientos subterráneos. ¿Cómo? Eliminando las emisiones de los vehículos diésel, emitiendo menos calor y simplificando por ejemplo la sustitución de las baterías.
«El TH665B está equipado con AutoSwap, nuestro sistema patentado de autointercambio que hace que el proceso de cambio de batería resulte extremadamente rápido y sencillo, y normalmente solo lleva tres minutos», señala Kwok, quien asegura que el operador ni siquiera debe abandonar la cabina durante el proceso y tampoco se requiere infraestructura como puentes grúa. Ahora le toca pasar de la teoría a la práctica y demostrar de qué es capaz en Sunrise Dam, que produce 2,7 millones de toneladas de mineral al año que se complementa con acopios de baja ley generados durante la explotación a cielo abierto.
¿Por qué es noticia ahora? Porque acaba de entrar en una fase crucial para su desarrollo. El TH665B no es exactamente nuevo. Sandvik lo presentó a comienzos de 2022 y hace un año ya dejó un anticipo de qué era capaz aprovechando la Conferencia Internacional de Minería y Recursos de Sídney. Ahora ha dado un paso más allá para someterse a su auténtica prueba de fuego: pruebas sobre el terreno en la mina de Sunrise Dam.
«Los datos que obtengamos al ver el prototipo interactuando con las condiciones australianas serán muy valiosos a medida que Sanvik siga desarrollando su gama eléctrica a batería y que TH665B pase a la fase de producción comercial», reflexiona Andrew Dawson, director de la línea de carga y transporte de Sandvik. Las pruebas arrancaron ya el 14 de septiembre y han sido posibles gracias a un acuerdo entre el propio fabricante del vehículo, el propietario de la mina AngloGold Ashanti y Barminco.
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