La reorganización anunciada por Mainstream hace unos días para sus sociedades Huemul Energía SpA y Cóndor Energía SpA -que es una señal más del difícil momento de algunas firmas de energías renovables en Chile- esconde una soterrada disputa entre los accionistas de la empresa y fondos internacionales.
Mainstream es una empresa de capitales noruegos, japoneses e irlandeses. Están en Chile desde 2008 y -según aseguran- se han convertido en una de las compañías 100% de energía renovable más grandes en el país. Cuenta con más de 1,1 GW en operación y 257 MW en construcción.
Tras las pérdidas financieras sufridas por el sector de las energías renovables, la firma inició un proceso que busca reestructurar activos, renegociar deudas e inyectar capital. Para ello, contaba con el acuerdo de los bancos financistas, pero fondos internacionales acusaron de crear un “esquema ilegal y fraudulento”. Desde la empresa responden y apuntan de que quisieron “apoderarse” de las sociedades.
En 2020 seis fondos de la australiana AMP Capital Investors- representados en EEUU por Ares Management- entregaron un préstamo por US$ 280 millones a MRP Mezzanine DAC, sociedad aguas arriba de Mainstream para el desarrollo de la plataforma Andes Renovables, la cual desarrolla 1,4 GW con Cóndor (tres proyectos eólicos y uno solar), Huemul (tres eólicos y dos solares) y Copihue (con un proyecto eólico).
Para los prestamistas, Wilmington Trust fue el agente del crédito y actúa como agente de Ares.
En la operación las sociedades chilenas Cóndor y Huemul, además de Denef – filial española de Mainstream y que controla las sociedades chilenas- actuaron como codeudores solidarios del financiamiento.
En un recurso presentado por Wilmington el 20 de julio ante la corte de Nueva York -a la cual tuvo acceso exclusivo DF– se indicó que Mainstream no alertó sobre retrasos en las obras a los prestamistas y que se creó un “esquema ilegal” para quitarle valor bajo el pretexto de una reestructuración.
“En lugar de proporcionar el aviso requerido, lo que habría permitido a los prestamistas proteger su inversión al, por ejemplo, hacer cumplir las garantías lo más rápido posible, el patrocinador (Mainstream) inventó un esquema doble, ilegal y de mala fe destinado a privar los prestamistas de sus derechos y capacidad de recuperación y, en última instancia, de apropiarse indebidamente de los fondos de los prestamistas”, señala el escrito firmado por el estudio norteamericano Quinn Emanuel Urquhart y Sullivan.
El texto añade que “el patrocinador primero hizo que el prestatario (Mezzanine) ocultara un cambio sustancial en los préstamos de financiación de proyectos (…) y planificara ilícitamente una ‘reestructuración ilegal’ diseñada para desviar el valor de capital de la garantía que respalda los préstamos lejos de los garantes y hacia el patrocinador, haciéndolo funcionalmente imposible para el prestatario cumplir con sus obligaciones de pago”.
De ahí que se pida el pago de las deudas más intereses, las que llegan a una suma de US$ 313 millones.
En paralelo, Wilmington interpuso una demanda en Chile para la ejecución de prenda sin desplazamiento y el pago del monto pendiente. En el escrito firmado por el abogado Javier San Martín de Barros & Errázuriz afirma que Denef constituyó prendas sin desplazamientos sobre Cóndor y Huemul, por lo que a su juicio tras no pagar los intereses devengados al 30 de junio se activaron las prendas.
Sin embargo, el viernes pasado el 20 Juzgado Civil de Santiago denegó la ejecución solicitada.
El contraataque
Desde ese momento, la disputa quedó radicada exclusivamente en EEUU. Pero la otra vereda arremetió contra dichas acciones. Mainstream acusó a Wilmington de que “intentó arrebatarle a Danef sus derechos como accionistas, cambiando la administración de Cóndor Inversiones, Cóndor Energía, Huemul Inversiones y Huemul Energía”.
En un recurso de protección puesto el pasado 26 de julio en la Corte de Apelaciones de Santiago, firmado por Ricardo Reveco de Carey, se indicó que Wilmington les avisó el 24 de julio de la medida judicial y 11 minutos después del aviso “un mandatario de Wilmington procedió a autoconvocar ilegalmente juntas de accionistas de las sociedades filiales de Denef, alegando representar al 100% de los accionistas. Luego, en supuesta representación de todos los accionistas, el mandatario discutió consigo mismo sobre la conveniencia de revocar los directorios de las sociedades ¿Qué ocurrió? El mandatario estuvo de acuerdo consigo mismo, aprobó la remoción de todos sus directorios y designó nuevos administradores a su antojo”.
El documento añade que minutos después de las juntas de accionistas se realizaron sesiones de directorio con los nuevos integrantes de la mesa, los cuales acordaron la revocación de todos los mandatos judiciales.
“Lo que pretendió Wilmington fue intentar tomar el control de la administración Cóndor Inversiones, Huemul Inversiones, Cóndor Energía y Huemul Energía”, recalca.
Una de las partes asegura que las cláusulas del contrato de financiamiento permiten la toma de la prenda y con ello el control de las sociedades, mientras que la otra asegura que aún faltan condiciones para poder ejecutar la medida.
Consultadas las partes, desde Ares indicaron que “tenemos la intención de ejercer nuestros derechos y recursos permitidos por la ley para recuperar la inversión de nuestro fondo como acreedor garantizado”.
Fuente: DF