La minería posee un factor especial frente a otras industrias respecto a su volumen en los procesos. Una serie de residuos sin uso que ha llevado a científicos y empresas a tomar una nueva mirada para hacer sus negocios más sustentables y evitar los desechos como una basura sin tratar, creando pilotos para reutilizarlos dentro de las faenas o fundirlos con microorganismos. Acá, dos casos que están avanzando a ser soluciones reales.
Al terminar sus estudios de biotecnología, la primera práctica que hizo Nadac Reales fue en la industria minera en una faena en la región de Antofagasta. Allí utilizó microorganismos para mejorar la extracción de cobre. Estos organismos imperceptibles a la vista son, en vista de Reales, los que deberían enseñar cómo llevar a cabo procesos más allá de la extracción, siendo fundamental conocerlos para poder darle nuevas aplicaciones, generando soluciones tecnológicas a las necesidades actuales de la industria.
Nadac quería utilizar los microorganismos para dar solución a un tema que le preocupó desde el primer minuto que estuvo en terreno. Al ver los desechos metálicos, muchos de ellos contaminados con aceites de camión o pintura, se veían impedidos para darles un nuevo uso, por lo que decidió enfocar su trabajo con los microbios a ese flagelo. “Este tipo de metales se van almacenando. La única solución que tienen las mineras es venderlo a empresas, pero en realidad no existe ningún proceso que trate ese tipo de chatarra metálica”, asegura la científica, evocando la actual Ley REP, que establece marco para la gestión de residuos, aunque aún este tipo de basura aún no han sido incorporada como obligatoria.
Por ello, desde 2017 partió con su investigación para hacer que las bacterias lograran desaparecer este tipo de basura industrial, un proceso largo luego que estos organismos viven en condiciones muy extremas, con altos grados de acidez, consumiendo alimentos en base a compuestos inorgánicos. De forma natural los microorganismos existen, pero no bio desintegran los desechos metálicos en su condición.
En su investigación, la biotecnóloga logró adaptar los microorganismos a condiciones aún más extremas, para guiar a las bacterias a que coman estos desechos. Un trabajo de dos años que recibe el nombre de Spiromet, y que recientemente consiguió resultados que sorprenden. Lo primero fue ver que los microorganismos podían deshacer un clavo en solo tres días. Posterior a ello, tras varias pruebas logró consumir una escultura metálica de un kilo en una semana. Una noticia que pone contenta a su creadora, quien asegura que este tipo de bio desintegración es única en el mundo.
Al igual que Radac, la industria minera en los últimos años se ha enfocado en hacer de sus procesos libres de desechos, o darles una nueva vida dentro de sus propias producciones. Una consecuencia que el Banco Mundial ya informaba en 2018, que de no tomar medidas, los desechos a nivel mundial crecerán un 70% con respecto a los niveles actuales para el año 2050. Pamela Chávez, gerente general de Domolif, startup de biotecnológica aplicada, considera que la minería al ser una industria que genera mucho volumen dado lo que conlleva conseguir extraer el cobre de la roca, debe comenzar a considerar soluciones que pueden alcanzar mucha escalabilidad y un atractivo económico al desarrollar tecnología. “El área de economía circular está aprendiendo muy fuerte, cambiando la lógica de reutilizar y extender la vida de los materiales, y que no sean simplemente de reposición”, asegura.
Hasta el momento, la mayoría de las innovaciones aún están en procesos pilotos, pero gran parte está operando para ser una solución concreta. La empresa nacional Codelco, en diciembre pasado, lanzó cinco compromisos con el desarrollo sustentable a cumplir el año 2030, enmarcados dentro de la economía circular y los desafíos del cambio climático, entre ellos reducir sus residuos industriales e implementar en los tanques de relaves un estándar de sustentabilidad superior.
Jorge Sanhueza, gerente de Desarrollo Sustentable de Codelco, contempla que la Ley REP fue un impulso para poner foco e imponer metas graduales que irán aumentando en el tiempo, una nueva mirada que pretende reducir en un 65% la huella de residuos que se movilizan en las operaciones. Partieron con un piloto para la reducción de neumáticos mineros, que por su dimensión y baja usabilidad luego de prestar uso en minas de rajo abierto, los ha llevado a trabajar con la empresa Morgar en una licitación de modelo diferente, donde estos últimos retiran la rueda, la reducen y a convierten en subproductos como aceite o combustible. Por ejemplo, en la división Ministro Hales de Calama, con el mismo caucho de los neumáticos se están haciendo piezas de desgaste que se utilizan en otras partes del proceso para aportar en esta mirada de la economía circular.
“Lo interesante es que uno empieza a mirar y se abren muchas oportunidades”, agrega el gerente de Desarrollo Sustentable de Codelco sobre cómo movilizar el ecosistema de emprendedores que pueden aportar a pensar otros usos de la basura generada en el norte, pensando en residuos como los relaves, que son desechos de todo el proceso de extracción que no generan un peligro, pero sí un problema ambiental al acumularse por décadas.
Con 750 relaves repartidos en distintas regiones del país, en el caso de Codelco han decidido ocuparlo como materia prima para el hormigón, principalmente en uso de mina subterránea, que ocupa una arenilla particular para que pasen por ahí camiones con las rocas extraídas. El gerente de sustentabilidad sostiene que los yacimientos, al mantener gran parte de sus faenas en modo subterráneo, el relave se volverá un mineral vital en la construcción interna, que a medida que la investigación asegure su estabilidad, puede tener mucho uso y no convertirse en un residuo pasivo.
Codelco no es la única que aspira a darle un mejor uso a los relaves. BHP, la minera holandesa, lanzó a finales de 2020 junto a Fundación Chile el programa Minería Expande, el cual pretende combinar tecnología con nuevas ideas de negocios, que permitan identificar soluciones capaces de reutilizar estos residuos convirtiéndolos en productos comerciales. Con 66 postulantes, recién en diciembre se conocerán a los ganadores que recibirán US$50 mil para que validen su solución a escala de laboratorio.
Otro ámbito que Codelco ha estado trabajando son las escorias, un residuo estable no peligroso que pretende reemplazar a algunos áridos dentro de la producción, un remanente que está ubicado cerca de las operaciones y que podría convertirse al igual que el relave en hormigón, al reemplazar por materiales que usan en la construcción de carreteras o pavimentos.
Si bien gran parte de las soluciones aún están en fase piloto, aspiran a ser soluciones reales. En el caso de Nadac Reales, mientras termina de patentar su trabajo aspira a convertirlo en una empresa que se haga cargo de los residuos metálicos, pensando que las compañías van a querer tener plantas de una desintegración cercas de sus faenas por los costos de transporte que hacen costoso pensar en llevarlos a otro lugar. ”Nuestra finalidad es poder tener una fábrica y darle respuesta no solo a la industria minera, sino que a todas las empresas que generan residuos metálicos, incluso residuos metálicos domiciliarios”, asegura. La economía circular está marcando la diferencia, al generar nuevos productos a partir de los mismos residuos que genera la industria, pensando en que existe posibilidad de hacer negocios más sustentables.
Fuente: La Tercera
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